Normalmente, la fertilidad se pierde a lo largo del tiempo. En el caso femenino son varios los factores que pueden afectar a la capacidad de tener un niño. Entre dichos factores se encuentra la baja reserva ovárica, una cuestión que afecta aproximadamente al 10% de las mujeres, según las estimaciones. ¿En qué consiste, por qué ocurre y qué soluciones tiene?
¿Qué es la reserva ovárica?
Llamamos así a un concepto en Medicina Reproductiva que abarca a la cantidad de óvulos que le quedan a la mujer y a su calidad. Al contrario de lo que ocurre con el esperma de los varones, el número de ovocitos disponibles en el cuerpo femenino es finito.
Estos se encuentran en el ovario, el cual se encarga de “madurar” un número determinado cada mes. De todos ellos, uno será el que se disponga para ser fecundado (en condiciones normales).
Esto marca el ciclo fértil de la mujer, el cual también depende del estado de los óvulos o, en otras palabras, su calidad. A partir de los 35 años, la calidad y el número de los ovocitos disponibles comienzan a descender.
En algunos casos, la reserva ovárica se denomina “baja” debido a un problema en su cantidad disponible o su calidad. También podemos referirnos a estos casos como “fallo ovárico precoz” o “menopausia temprana”, aunque no siempre son sinónimos. En esta situación la fertilidad natural, sin un método que ayude a la concepción, puede resultar inviable. Es entonces cuando conviene ponerse en manos de un especialista.
No hay una razón única para la baja reserva ovárica
Los casos de baja reserva ovárica no tienen siempre el mismo origen, ya que la salud reproductiva depende de cuestiones muy diversas: desde una cuestión genética, a una enfermedad autoinmune, pasando por una infección u otros factores ambientales. En el peor de los casos, probablemente, nos topemos con la infertilidad.
La baja reserva ovárica se manifiesta como una falta de respuesta de los folículos, que son “las unidades” encargadas de la ovulación, debido a que hay muy pocos. Algunas pacientes con baja reserva ovárica muestran una respuesta menor al tratamiento de estimulación ovárica, pero producen óvulos de muy buena calidad, lo que puede ayudar en el proceso de fertilidad.
Si hay un factor determinante, ese es la edad. Con la edad, como decíamos, tanto la calidad como la cantidad de ovocitos, descienden. No obstante, cada caso es muy particular y es el especialista el que debe determinar, en base a una serie de pruebas, cuál es la mejor manera de afrontarlo para conseguir un embarazo satisfactorio.
¿Cómo saber si tengo una baja reserva ovárica?
La baja reserva ovárica no suele mostrar ningún tipo de síntoma especial, además del tiempo empleado de manera infructuosa en concebir. Sí que podemos sospechar de que estamos ante este caso si han existido complicaciones previamente: quistes ováricos, enfermedades autoinmunes u otros problemas similares.
También podría darse la sospecha si contamos con antecedentes familiares. En cualquier caso, la única manera de asegurarnos de que estamos ante un problema de baja reserva ovárica es realizar una prueba diagnóstica. El Dr. Rafael Camacho, especialista en Reproducción Asistida ofrece este tipo de pruebas para medir la fertilidad de las mujeres interesadas.
También hay otras pruebas para confirmar y determinar la fertilidad y la situación de la reserva ovárica. Por ejemplo, el estudio hormonal basal consiste en un análisis de sangre que permite medir los niveles de FSH (hormona foliculoestimulante), de LH (hormona luteinizante) y de Estradiol. La prueba de la AMH tiene más valor predictivo que el estudio hormonal, pero sus resultados combinados permitirán a la mujer saber en qué momento fértil se encuentra para tomar la decisión que estime oportuna.
Embarazo y baja reserva ovárica: sí, se puede
Los estudios más recientes al respecto apuntan a que la baja reserva ovárica no siempre supone una disminución directa de la fertilidad. Así lo comprobaba un estudio de 2017 cuyos resultado indican que asociar la baja reserva ovárica a la infertilidad, de forma tajante, es un error.
Esto quiere decir que aún bajo esta condición podría haber un embarazo satisfactorio. Fuente: ivi.es
El especialista en reproducción asistida, el Dr. Rafael Camacho, emplea las técnicas más punteras en reproducción asistida, como la Inseminación Artificial o la Fecundación in Vitro (FIV), además de la monitorización de su fertilidad, lo que le permitirá aprovechar al máximo las posibilidades de embarazo, o recurrir a la ovodonación en caso de que sea necesario.
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